miércoles, 25 de febrero de 2009

Pity market (2)


Con base en el artículo anterior, mi amigo el puma y yo aspiramos a haber creado un consenso en torno a cómo el antiguo oficio de la mendicidad ha ido "evolucionando" hacia un modelo de negocio que caracteriza por igual a todas nuestras ciudades. En esta segunda parte nos adentramos un poco más en el misterio de "el monstruo"...

A la flecha del "amor" la dispara un inconsciente...
de lo contrario no habría tanta desgraciada gente

No me aparto (incluso apoyado en experiencias propias) de que nadie que lleve una vida "normal" está exento de sufrir percances. Por eso la descripción que va a comenzar busca similitudes entre la protagonista y lo que sería una vida normal, a ver hasta dónde llegamos.

Érase una vez una pobre muchachita californiana, normalita ella, muy del común. Esta pobre muchachita tuvo un maridito. Muchas lo tienen o lo han tenido, lo que es, digamos, normal. La pobre muchachita con el pasar de los años se quedó sin su maridito, quizá lo aburrió. Normal, muy normal... muchas otras también aburren a sus consortes hasta que no soportan más. La muchachita vive con mami porque como no le han salido muy bien algunas cosas, les va mejor así. Más o menos normal, conocemos casos así, pues muchas veces el palo no está para cucharas. Lo certifica un "bon-bril" senior con bastante experiencia. Pero hay más: la muchachita no trabaja... supuestamente alguna vez lo hizo, en una institución para enfermos mentales, y desde entonces quedó con una supuesta lesión de espalda que no le permite volver a trabajar. Uhmmm... bueno... digamos que... si asumimos la incapacidad como cierta, la situación se pone ya menos normal... "color de hormiga", dicen por aquí.

Ahora con lo que sigue el cuento no solo tiene un mal color sino además un pésimo olor: a la muchachita desde hace algún tiempo le dio por dárselas de madre, aun sabiendo que no había con qué. A sus 33 años ya traía detrás una colección de seis errores, de los cuales dos o tres sufren algún tipo de discapacidad o retardo. Ya comienza a revelarse el lado oscuro de esta historia... la damisela vivía muy tranquila por cuenta de las ayudas ($) del gobierno debidas a su situación de andar sola con media docena de ruidosos a cargo, y de ñapa, al hecho de que entre ellos hubiera chicos con discapacidades (+$).

La cosa se pone peor ahora. Ya con anterioridad este semoviente se había sometido por puro antojo al procedimiento de fertilización in vitro. Para continuar dando rienda suelta a su supuesto "instinto maternal", repitió el experimento el año pasado con la complacencia de algún médico que, sin entrar a evaluar el perfil de la solicitante, se limitó a practicarle sin dudar un nuevo procedimiento. Las normas para tales prácticas recomiendan no implantar (en mujeres de su edad) más de dos embriones, pero este fulano sin ningún reparo apostó de una vez con seis. Por cosas de la vida dos de esos engendritos se duplicaron dejando el saldo del chistecito en ocho... en algún momento alguien pudo haberle sugerido "salir de unos cuantos", pero al parecer se negó argumentando supuestas creencias. Me pregunto en qué podrá creer semejante demente, aparte de sus propios intereses... mientras hace creer a todo el mundo que simplemente "le encantan los niños".

Los dejo con una reflexión prestada para el intermedio, mientras viene la siguiente parte...

Nos vamos a reproducir y abarcar el mundo hasta sobrepoblarlo, acabaremos con todos los recursos de este planeta... ¿Y luego qué? ¿Nos tragamos los billetes?

lunes, 23 de febrero de 2009

Pity market (1)


Comienza hoy la serie de notas sobre lo que mi amigo el puma y yo percibimos como la obra despiadada de un monstruo. Y aunque puede que no sea más que una opinión entre miles, para nosotros es válida (y no porque haya muchas que se le parezcan), así que en los párrafos que vendrán la tarea será sustentarla.

Pero comencemos por partes, vamos primero con un tema urbano aparentemente fuera de contexto. Cada lector podrá dar un vistazo a su propia urbe y determinar si el problema que voy a señalar le es familiar o no. Tiene que ver con la cantidad de ojos tristes, de voces hambrientas, de manos desposeídas con las que nos topamos a diario. No me dirijo a aquellos que tienen en medio de los pulmones un carburador o una registradora y que limitan su universo con las latas y los blindajes de sus coches último modelo, ya que es posible que aunque a través de los cristales vean algo, opten simplemente por negarse a escuchar. Quiero que esta primera aproximación la entiendan los seres de carne y hueso, los que en realidad viven en la ciudad y no en un universo paralelo que triangula entre su escritorio, su coche y su mansión. Cierren sus ojos y traten de recordar en un día como hoy cuántas veces tuvieron que escuchar la plegaria que titula este blog, o cualquiera de esos mantras afines con los que de memoria se recurre a la generosidad del público en las aceras, en los semáforos, en la incomodidad del transporte público, a la salida de las panaderías, de los supermercados o de los templos (negocios distintos con un mal común).

Ahora retengan ese pensamiento y estúdienlo un poco, denle vueltas... clasifiquen el conteo y tomen nota de cuántos de esos pedidos fueron hechos por o relacionados con niños. Es muy probable que la cuenta asuste, pero con el paso del tiempo el horror se ha hecho costumbre. Por eso no se extrañen si la respuesta fue ""todos" o "casi todos". Los tintes son tan oscuros como diversos, pero la realidad es solo una detrás de todos: la lástima es ahora un artículo de consumo. Nuestra paupérrima sociedad nos la vende en todas las formas en cada esquina. Un niño con los mocos fuera se nos acerca en el restaurante para ofrecernos un dulce a cambio de una moneda, mientras su hermanito(a) pega las narices por fuera del ventanal para pasar saliva al mirar atentamente nuestro plato. Otros dos están en el semáforo de la esquina atentos a la luz roja para dar inicio a sus piruetas de inspiración circense. En la noche cuando tome el transporte de vuelta a casa quizá aborde la misma muchacha que esta mañana intentaba convencernos torpemente de comprar chocolates ("por un costo y un valor de tan sólo doscientos pesitos, claro está que para su mayor economía puede llevar los tres en quinientos o los siete en mil"), mientras carga con dificultad una bebé que en un futuro podría infortunadamente repetir la misma historia, a una edad en la que aún debería estar pensando en jugar con muñecas.

Todas las historias cotidianas de estas subsidiarias ambulantes del amor de Dios parten el alma. Pero la conmoción se va tornando en indignación cuando se ve la otra cara de la moneda, la que se agazapa y no se muestra ante el ojo del "cliente". El niño del restaurante quizá no acepte de buena gana que se le ofrezca un plato de sopa aun cuando tenga hambre, porque su "madre" (o quien sea) espera que le lleven dinero y no buenas obras. El circo improvisado de la esquina quizá forma parte de una cadena que ya tiene su empresario. La muchacha de los chocolates sabe que si no demuestra su "sacrificio" al cargar a la bebé, tiene menos probabilidades de lograr la venta. El rostro del niño es la cara del santo que hará el milagro de aliviar el bolsillo, mal o bien, por un día más. Unos casos serán más infames que otros, pero el factor común está ahí, al alcance de todo el que lo quiera ver. "No coins to people", dijo enfáticamente un amigo en alguna ocasión... descarnada reacción, pero tiene su razón. Lo que en otros tiempos fue inocente y auténtica mendicidad ha "evolucionado" hacia un modelo de negocio.

De todos modos, con ingenuidad o conformismo de nuestra parte a veces aun caemos con la esperanza de que lo que acabamos de escuchar como antesala a la tendida de mano sea una historia auténtica y no un timo... porque de todo hay en la viña del Señor, dicen. Pero esta disertación es apenas el abrebocas para una mostruosidad sobre la que trataremos en la próxima nota... por ahora, no me olviden cuando alguien en la calle se acerque y les diga... ¿Me regala para un pan?.

viernes, 20 de febrero de 2009

Could you give us your money?



En esta semana que termina se ha visto de todo sobre el sonado caso al que hemos hecho alguito de seguimiento, y algunas partes de ese todo ya han sido expuestas haciéndonos sentir 'vergüenza ajena' . Esta entrega está centrada en algunas puntadas sueltas del todo restante.


Por ejemplo: con base en la presunta mala reputación (al estilo de la canción de Ricardo Arjona) de la que se quiere hacer pasar como la virgen del condado, circuló la versión de que todo esto no era más que un timo orquestado por su madre (la de ella) para tener una historia sensacionalista que pudiera venderse bien a los medios y de esa manera sacarle un billetico al cagadón del tesorito de la casa. La presunción del timo da por sentado que el cornudito no fue el 'feliz ganador' de la rifa de la virginidad que le están cobrando, pero el hacerlo creer así en un principio es el detalle que valoriza la historia. Amanecerá y veremos...

Un mal chiste afirma que este caso puede ser una mala imitación del de Benjamin Button, y que en realidad el protagonista es un viejito verde metido en un envase dizque de trece años. Aquí sí no puedo decir que casos se han visto... Otro mal chiste dice que desde las altas cortes se le ha puesto un freno al cubrimiento de esta historia por parte de la prensa, como si a estos irresponsables les quedara alguna dignidad o moral que defender. Si eso es cierto, quiere decir en pocas palabras que se nos jodió la fuente y que va a tocar cambiar de tema la próxima semana hasta que algo extraordinario se sepa. El que sí está bueno es este: la virgen del condado se defiende y asegura que el pitufo precoz es el único con quien ella ha dormido. Si lo analizamos, este puede ser un juego de palabras en el que técnicamente no esté mintiendo... fue el único con el que durmió, porque los demás no la dejaron por estar... bueno, ya saben...

Otra perla: el cuento de que el concejo de la localidad se había ofrecido a colaborar con el costo de la prueba de ADN fue recientemente negado por alguien de la propia institución. Asumo que prefirieron no arriesgarse a tener que hacerle la costosa prueba gratis a demasiados candidatos.

Ahora pongámonos serios. Dice mi amigo el puma que leyó acerca de algunos micos sinvergüenzas que podrían de nuevo amenazar las finanzas del condado por una patraña legal, en virtud de la cual si la 'virgen' al cumplir los 16 años se lleva a vivir a su retoño y al pitufo (aún menor de edad), podría hacer un torcido tomando a éste último en custodia, con lo que pasaría a ser como un segundo mantenido y no su marido, es decir, ella figuraría como una pobre muchachita con dos menores a cargo... y eso se supone que automáticamente le concedería el derecho a recibir de la ubre municipal un billetico 'para sus dulces'. Se supone que esta situación se mantendría por lo menos hasta cuando el pitufo cumpla también los 16 (aunque para entonces tenga la cara de un chino de 11 años), momento en el cual ya podrían 'rebuscársela' por sus propios medios (es decir, agarrar a la mocosa y pararse en una esquina a pedir pa' un pan, porque difícilmente servirían para algo más). En oposición a ese panorama rosa hubo algo que sí me gustó... se supone que en alguna orilla olvidada de la ley de por allá se afirma que las relaciones sexuales entre menores de edad no son permitidas, por lo que todo aquel que las consienta estaría infringiendo la ley. Este guante les cae a los irresponsables que se hacen llamar los "padres" de este par de bestias... por negligentes.

Me llamaron la atención algunos comentarios que intentaré resumir (ya para terminar) en las restantes líneas de hoy...

Algún ingenuo de esos que nunca faltan y que todo lo ven divino, afirmó que le parecía buena cosa eso del subsidio que le darían a la tontica por arrastrar con los dos comemocos. Según su apreciación, esto representaba una buena destinación para el dinero de los impuestos.
Ante tal ingenuidad saltó al ruedo otro en estos términos: no es correcto asumir que todos los mocositos traidos por error a este infierno deben ser mantenidos por el Estado. Un verdadero ser 'humano' debería tener familia en una edad responsable y cuando haya alcanzado una estabilidad económica. ¿Por qué todos creen que es su derecho traer hijos para hacer que otros paguen por ellos?
Y el comentario del remate es digno de mi admiración, no se pone con pendejadas: Pongan a la criatura bajo el cuidado de alguien más, envíen a esos dos engendros de vuelta a la escuela, y persigan a sus padres (como ya dije, por negligentes). Todos en esta historia han mostrado ser unos irresponsables y ahora hay que darles una lección. Esto no es ni divertido ni tierno...

ES VERGONZOSO!

Hemos dicho.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Shameless


Desvergonzada, esa es la palabra. Ya sea para definir la actitud de todos estos engendros, o para describir a la causante de todo este enredo. Complicado es saber quién está peor. Esta semana se pone movida debido a la relevancia que ha tomado el tema abierto desde el pasado domingo. Aquí vamos otra vez con esta juventud ejemplar...

Como bien lo han comentado dentro y fuera de este espacio algunos lectores y amigos, horas después de la anterior publicación se revelaron nuevos testimonios en los cuales no queda muy bien parada la 'princesita'. No quise en un principio que se viera esta serie de publicaciones como una campaña de desprestigio contra la (falta de) moral de alguno de los protagonistas, pero ahora que hay información publicada por los medios en la cual basar estas apreciaciones, la cosa cambia un poquitín. El hecho es que en la prensa inglesa salió la noticia de que dos pretendientes más, uno de 16 y otro de 14 años, andan por ahí asegurando (cada uno por su lado) que también desde tiempo atrás estuvieron invirtiendo en acciones de ese mal negocio (es decir, que la 'niña' posiblemente no lo era tanto). Si ese tiempo atrás equivale a varios meses y llega a comprobarse la veracidad de la información, estaríamos ante toda una estudiosa de la sexualidad adolescente masculina a nivel urbano. Porque el mayor de los dos 'nuevos' pretendientes (o mejor viejos, pues son mayores que el viejo que al final es el más nuevón) afirma conocer otros cuatro o cinco casos como el suyo que también podrían sumarse a la fila a la entrada del laboratorio clínico.

Esto se va convirtiendo en un problema de salud pública mezclado con amenaza a las finanzas municipales, o tal vez estatales. Porque en principio parecen haber hecho caso de la sugerencia de llevar a cabo las pruebas de ADN que determinen si el pitufo precoz ha sido el 'ganador' (perdedor, en realidad) de semejante 'premio', pero éstas se realizarán sin costo para el interesado en atención a que se supone que es 'un caso especial' (traducción: anda en la cochina olla como para pagar las 300 libras que vale el chistecito). Pero ante la inminente posibilidad de que el resultado apunte hacia el resto del pueblo, y con el creciente interés de los lugareños por destapar la olla podrida y participar en la rifa, al pobre gobiernito le va a tocar seguir subsidiando la prueba a cuanto candidato aparezca hasta que se logre determinar si el pitufo pasa a ser, como lo dice nuestro amigo, no el padre sino el cornudo más joven del Reino Unido. Sin embargo a mí me parece que lo de cornudo ya es un hecho casi comprobado. Lo que está por verse es, dependiendo del resultado de la tómbola, qué tan bobo puede llegar a ser por aquello de insistir en 'hacerse cargo' cuando ni siquiera sabe lo que eso significa, queriendo ganarse el sorteo cuando al final fue el único que compró una sola 'boleta'.

Otros jocosamente lo ven como un sencillo caso de economía procreacional. Dicen algunos estudios que en lo que a análisis poblacional se refiere, los hombres del planeta estamos en relación de 1 a 7 con las mujeres. Observa entonces un viejo amigo que estos mocosos, siendo muy conscientes de esta situación, no andan por ahí pretendiendo procrear con cuanta 'niña' se les aparezca (buscando cada uno sus siete), sino que por el contrario todos tratan de procrear solamente con una. El resultado para mi amigo es sencillo ya que en lugar de tener por ahí cinco, o seis, o siete nuevos habitantes sobrecalentando más el pobre globo terráqueo, solamente tenemos una. Por lo aquí expuesto compara entonces el 'currículum catre' de la protagonista de esta patética historia con ciertas prácticas sexuales colectivas de uso común en películas a las cuales prefiero no referirme en detalle, aunque muchos o todos ya sabrán de qué se trata. Prefiero divertirme pensando en lo que harán las 7*n - 1 despojadas de sus derechos por el monopolio de la 'recatada niña'.

Bueno, por el momento no es más, esperen (si todo va bien) dentro de dos días una nueva perla con otros puntos de vista sobre el advenimiento del apocalipsis...

lunes, 16 de febrero de 2009

XS


Se había demorado mi amigo el puma en sacarle el lado de humor negro al más reciente tema... conveniente actitud para no comenzar la semana con el ceño fruncido.

Hemos hablado largamente sobre el particular y me ha traido variadas hipótesis sobre lo que ocurrió con este par de engendros. Una versión que se maneja en los pasillos de otros blogs es que la caritontica esta podría no ser precisamente una santa... que quizá en alguna noche de copas y pepas se pasó de temperatura con algún macancán de su edad o mayorcito y que de aquella aventurilla quedó lo que suele quedar cuando no se es muy consciente de lo que se hace... para luego venir a inventar esta inverosímil historia y achacarle el problemita al más huevón... bueno, en sentido figurado... ya entenderán... bien se dice que los hijos de tus hijas son tus nietos, pero los hijos de tus hijos son un puro acto de fe. En conclusión, que si este mocoso encuentra con qué presentarse a una prueba de paternidad, que lo haga cuanto antes... porque de porquería está lleno el mundo y no sería el primero ni tampoco el último caso... pero sí uno bien lamentable.

Hay otra versión de tinte académico y a la vez bastante divertida, según la cual el chino llegó todo excitado una noche a casa de Chantelle y se lo chantó. Lo adornaba una tremenda autoconfianza debido a que esa tarde en el kinder la profe les explicó para qué se usaba un preservativo mientras con didáctica habilidad colocaba uno en su dedo pulgar.
Al sonar el timbre salió este chino de ese salón como alma que lleva el diablo directamente a conseguirse un 'sombrerito'. Llegando a donde su animalita "como Alfie por su casa" azotó la puerta, veloz como un rayo se lanzó sobre la presa y siguió al pie de la letra lo aprendido, hizo lo que tenía que hacer con una seguridad enorme, y a los 30... segundos con una sonrisa orgásmica de oreja a oreja le contaba a su arremuesco que no había de qué preocuparse, mientras delicadamente retiraba el 'sombrerito' del pulgar de su mano derecha.
(Aún no se ha establecido si fue que entendió mal la lección, o que ante las dudas por la longitud del adminículo fue el lugar más 'a la medida' que encontró para su colocación).

Ahora bien... en la nota anterior fuimos claros al señalar que este patético trío llena los requisitos para entrar a formar parte del mercado de la lástima, próximamente en algún semáforo de su ciudad. Pero mucho ojo, que este señalamiento no implica que le vamos a entrar al jueguito de darles siquiera un centavo si se nos llegaran a aparecer con el lastimero discurso pro-limosna. En ese sentido tenemos las reglas claras: uno puede verse abocado a clamar caridad en algunas situaciones que puedan ser consideradas como accidentales, dado que ninguno tiene la vida ni la suerte ni la salud ni el empleo comprados de por vida. Pero a lo que han hecho tantos otros como estos dos irracionales, por ningún lado le cabe la etiqueta de accidente. Es decir, aunque nos parece que ese afán de saltarse las etapas de la vida es algo enfermo, en realidad no se trata de un caso clínico objeto de compasión. Eso no fue un desplazamiento forzoso, ni una violación, ni la caída de un rayo, ni una metida de pata del Espíritu Santo... fue simple y llanamente una imbecilidad, y la falta de dos dedos de frente que los llevó a caer en lo que cayeron no se les va a quitar con darles una moneda para hacerles más facilistas de lo que ya son. Sonaremos como abuelitas, pero... "mijitos, si se divirtieron haciéndola, diviértanse ahora manteniéndola...". A lo hecho, pecho...

Y ya para finalizar, una infidencia... esto es casi tan grave como la revelación de un secreto de confesión. Mi amigo el puma me ha contado que una de las razones por las que le indignó tanto lo ocurrido con estos engendros, está ligada con algunas 'tentaciones' que tiene enterradas en su pasado. Resulta que el hombre ha tenido en algunas ocasiones cierta propensión a intentar relacionarse con nenas a las que llevaba más o menos una década de ventaja... concretamente le conocí un par de proyectos con una expectativa de vida doce años más prolongada. Lo que lo tiene tan enojado es el riesgo de que si algún día le 'revienta' otro proyecto similar, por culpa del precedente de este pendejito alguien le pueda decir... "degenerado, esa niña podría ser su HIJA!".

domingo, 15 de febrero de 2009

Could you give us some bread?


"San Herodes bendito, ¿qué es esto?" fue lo primero que vino a la mente de mi amigo el puma cuando entró a internet ayer en la mañana y se encontró con uno de los temas de actualidad. Cuando me lo contó no pude menos que escandalizarme y volver a mis disertaciones recursivas sobre lo cerca que está el apocalipsis (o como le quieran llamar) por cuenta de las insensateces de esta supuestamente racional especie que se autodenomina "humana". Con el extenso ladrillo que implicaría expresar todo lo que en este espacio pensamos al respecto, quizá podríamos publicar el libro más impopular de la historia, pero si se trata de algo que nadie querrá leer sale más sensato y barato hacerlo por este medio. Menos riesgoso. Y aquí sí se piensa en los riesgos, en las consecuencias, en la decisión de dar o no el siguiente paso... no como lo han hecho los idiotas involucrados en la historia que hoy nos ocupa.

He revisado al azar unos pocos espacios y me detuve tan pronto como comencé a encontrar el "eco" de la misma información en distintas páginas por cuenta de distintos redactores. El tono neutro me comenzó a aburrir, hubo más opinión en los comentarios de los visitantes que en la simple acción de citar textos ya acuñados en otras latitudes, mencionando como relleno a expertos que se adornan con afirmaciones para las cuales basta con haber pasado por la universidad de la vida y no haber reprobado la inducción al sentido común. Así que vamos a armar el incendio... advertimos que el tono no va a ser tan neutral como lo ha sido el de los post anteriores, y mucho menos como el de los medios que se han limitado a informar sin comprometerse.

Primero el resumen de la situación, por si alguien no se ha enterado: un par de cagones en Inglaterra, un tornillito de 13 años (Alfie Patten) y una tuerquita de 15 (Chantelle Steadman), se acaban de cagar su vida por cuenta de un desprevenido polvo (Maisie Roxanne), el que se supone pudo haber sido el primero (y más le valdría que a la vez fuese el último) de este precoz animalito con su quizá no tan precoz animalita. El impacto es mayor cuando uno les ve las caras... el sardino aparenta tener como cinco años menos, mientras que a mi juicio a la descarriadita se le acentuó con la gravidez la diferencia de edad que le separa de su "disparejo" (me recuerdan a Anakin y Padme cuando se conocieron). Ahora para tranquilizar a los medios de comunicación andan diciendo todas las estupideces que por protocolo se dicen en estos casos... que se van a hacer cargo, que van a ser responsables, que tienen el apoyo de sus familias... que jamás pensaron en "deshacerse del problema"... ya ustedes me entenderán...

Pero desmenucemos tanta habladuría como gente sensata y no como psicólogos de la alcahuetería... y esto no es una agresión contra la psicología, sino contra todo ese maltrecho discurso de la permisividad que reclama el derecho de estos engendros a saltarse las etapas normales de la vida para meterse a hacer cosas que no están bien o que no les corresponden, supuestamente como parte del desarrollo de su personalidad. ¡JA!

Que se van a hacer cargo, dicen. Me pregunto... ¿acaso no es ilegal que menores de edad salgan a buscar trabajo? ¿Podría un "escuincle" de estos asumir con responsabilidad una labor determinada aun cuando la ley lo permitiera? Según cuentan en una entrevista le preguntaron al comemocos cómo pensaba financiar a su hija, y el baboso no entendió qué significaba "financiar". De dinero sólo sabe que el taita (que se largó de casa para irse a copular con una amiga de una de sus hijastras) le bota por ahí cuando puede diez libritas para sus dulces. Creo que si el promiscuo de "papá" y la desentendida de "mamá", en vez de enviarlo a dormir con la busconcita aquella, se hubieran sentado con él a jugar Tio Rico, el chino tendría una mejor visión de la economía y de lo que implica el cagadón que acaba de cometer.

Que van a ser responsables... pues escuela para eso no han tenido mucha. Aquí me llegan recuerdos de la película "La novia cadáver" (Corpse Bride) de Tim Burton, en cuyas primeras escenas conocemos a dos familias en quiebra encabezadas por padres esperanzados en que el sacrificio de sus respectivos cachorro y cachorra ante el altar en el "sagrado vínculo del matrimonio" (-espacio para la risa-) les sacará de sus apuros económicos. Cada pareja de viejos cree que sus futuros consuegros se están dando la gran vida y que por lo tanto podrán hacerse cargo del chicharrón que representa la unión de la joven pareja... unión que para un verdadero final feliz (desde mi punto de vista) jamás debería producirse, pero no les voy a contar la película. Me pregunto... si a un cagón de escasos doce años su familia lo deja quedarse a dormir con su "novia" con tal frecuencia que hasta ya tiene ropero allá... ¿podemos llamar a eso una actitud responsable? ¿Y qué me dicen de la familia de la "niña", que lo recibe con las pier... digo, con los brazos abiertos? Con tan buenos ejemplos, sabrán este par de inconscientes qué significa la palabra "responsabilidad"? En la película, por cosas de la época en que se ambienta el argumento, algo como lo ocurrido sería impensable. Pues aquí tiene don Tim el tema para una versión posmoderna, más liberada y patiabierta del mismo film.

Que tienen el apoyo de sus familias... vaya, jamás habría sospechado esta inteligente respuesta... idiotas, ¿acaso hay otra opción? ¿Alguien más, aparte de los irresponsables que permitieron que todo esto pasara bajo sus narices, puede o debe tomar cartas obligadas en el asunto? Y lo de poder es un decir... por el lado de la tuerca descarriada tenemos cinco hermanos, y todos viven a expensas del seguro de desempleo del taita... sigo viendo con malos ojos la complacencia con las quedadas a dormir del precocito por allá... porque si yo estoy en la puta olla intentando alimentar a siete bocas a punta de aire, no voy a recibir de muy buena gana a un arrimadito que encima se venga a servir de postre a mi hija. Y por el lado del tornillito precoz, la cosa no pinta mejor... el pipiloco de papi tiene a otros ocho regados por toda la comarca, y al no ser precisamente un buen ejemplo a seguir tal vez lo mejor sería esterilizarlos a todos.

Este concepto de "familias numerosas" les debe saber a gloria a los supuestos moralistas que se pasan la vida intentando hacer sentir mal a quienes planifican o a los que sencillamente se niegan a procrear en forma salvaje. Condenan al averno a todo aquel que siquiera se atreva a pensar en "deshacerse del problema" aun cuando existan razones clínicas válidas para hacerlo... en un perverso y absurdo culto a la cantidad de vidas por encima de la calidad de las mismas... Toda esta horda de semovientes se niega a entender que este planeta se está destruyendo por culpa de la explosión demográfica, empujado al abismo por una especie que se cree racional y que no cuenta con depredadores naturales que controlen su población. Piensen en esto porque un día de estos me da por ampliar el tema, por ahora sólo digo que el agente Smith tiene razón.

Tremendo ladrillo me ha salido, y ni hablar de la hora que es y yo debería estar durmiendo. Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, solo véanles la cara a este par de pendejos y díganme... con todo y lo europeos que son... si no es cierto que se postulan como excelentes candidatos para pararlos en un semáforo o subirlos a un bus a pedir a grito herido...

¿Me regala para un pan?

miércoles, 11 de febrero de 2009

Amigo el ratón del queso...



Episodio I:
La fantasma amenaza

Hace mucho tiempo, como a 50 cuadras de aquí... cuenta mi amigo el puma que comenzó la historia de un jovenzuelo de grandes aspiraciones, movido permanentemente por las buenas intenciones y por el firme deseo de ser alguien en la vida. Como se decía en su comarca, siempre fue un "niño de su casa" que no causaba el menor problema... claro que ante el menor asomo de rebeldía, "rejo" nunca le faltó... pero en términos generales, se supone que siempre fue un tesoro para su madre (la de él). Para no seguirnos refiriendo al muchacho como "el tesoro de su madre (la de él)", vamos a ponerle por nombre Anarquín.

Bueno pues resulta que en aquellos años ya el joven Anarquín estaba grandecito (o al menos en su cabeza) y las posibilidades que encaminarían su futuro comenzaban a llamar la atención de quienes le rodeaban... uno que otro familiar y algunas viejas chismosas cercanas a su madre (sí, la de él) principalmente. De todos era conocido el cuento de que aquel vástago fue quizá el más brillante en el que hasta ese momento había sido su grupo de aprendices. No obstante en su gran cabeza siempre tuvo claro que en reino de ciegos el tuerto es rey, y que más que un don sobrenatural lo que tenía sencillamente era un gran sentido común, lo que lo convertía no en el más inteligente sino en el menos bruto. Siempre prefirió ser humilde y no caer en la trampa de otros que lo querían ver creyéndose el último chito del paquete.

El destino le indicaba a Anarquín que era el momento de soltarse un poquito y comenzar a luchar por un sueño, algo que le motivara, como la ilusión de ser grande entre los grandes y algún día tener los medios para salir de la tradicional "olla"... aunque había gente a la que le iba peor, él sabía que algunas privaciones le habían quitado la posibilidad de tener una infancia mejor. Albergó en su mente una quimera y fijó el piloto automático apuntando hacia esa meta, mientras por cosas del destino encontraba nuevas amistades en cuya compañía seguramente le sería más fácil el camino. Buscaría además la oportunidad de ser un poco menos cerebral, darse el chance de sentir cosas hasta ahora desconocidas y dejarse guiar de vez en cuando por el instinto. Sentía que contaba con la fuerza necesaria para lograrlo, que nada ocurría por accidente y que por alguna razón había sido elegido para iniciar su entrenamiento. Soñaba que todos sus proyectos saldrían bien, y que en poco tiempo podría triunfante cantar victoria.

Infortunadamente tanta ansiedad creó una revolución en su cabeza, impidiendo que silenciara su mente y prestara más atención a la voz que en su interior le advertía que no había que ser tan confiado... que entre todos los que seguirían su carrera con gran interés, tal vez alguien podría estar al acecho...

(¿Continuará...?)

miércoles, 4 de febrero de 2009

El enigma de la botella


Agobiado por unos síntomas poco alentadores (que sugieren la llegada de un resfriado o de alguna caprichosa rinitis) he traido del supermercado una botella de cierta bebida para acompañar la toma de mi medicina. Me distraigo leyendo sobre sus ingredientes, sus bondades, y las típicas indicaciones sobre el consumo... con sumo cuidado...

"Consérvese en lugar fresco. Después de abierto consúmase lo antes posible. Agítese bien. Consúmase bien frío."

Pero la que sigue, aislada a un ladito, me mató...

"Consumir preferiblemente antes de: Ver envase."

Demasiado tarde... ya había visto el envase, desde cuando lo compré. Tal vez me equivoqué y por el afán agarré una bebida para invidentes...

lunes, 2 de febrero de 2009

Coming soon...


Amigo el ratón del queso...
(imaginen lo que voy a escribir...
mientras escribo algo que ni se imaginan)